La cultura Atacameña está fuertemente influenciada en el norte de nuestro país. Algunas localidades se ubicaron en el río Atacama, en los alrededores de San Pedro de Atacama, en Talabre, Peine y Socaire principalmente.

Su principal fuente de ingresos fue la agricultura. Cultivaron maíz, alfalfa, hortalizas y frutas para luego degustar de una rica gastronomía. Sin embargo el agua siempre fue escasa, por lo que no podían depender siempre de la tierra y algunos de sus pueblos fueron solamente ganaderos. Criaban llamas y alpacas que utilizaban como animales de carga, se alimentaban de su carne, se vestían con sus pieles y utilizaban la lana para fabricar textiles.

De aquí proviene su maestría con la artesanía, utilizando productos de la zona tal como la madera de cáctus (utilizada para las construcciones de Iglesias) y los conocidos tejidos a telar de lana de oveja y llama, algo que todavía atrae a miles de turistas a conocer estas enraizadas costumbres.

Los Atacameños tienen un profundo conocimiento de la naturaleza y todas sus ceremonias religiosas están avocadas a la tierra (pachamama), cerros, agua y a sus antepasados. Parte de sus tradiciones está el culto a sus abuelos, limpieza de canales y el enfloramiento del ganado, que hace algo muy atractivos para los amantes de la fotografía.

Hoy en día, además de los pueblos ya mencionados, se pueden encontrar restos arqueológicos como los oasis de Quitor, Chiu Chiu, Lasana, Turi, Topayín, Susques, Calama, Toconao, entre otros. Todos estos considerados una maravilla chilena tanto por la cultura como sus tradiciones, paisajes y artesanía.

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Para hacer un tour atacameño, puede consultar en las mismas agencias de viaje de San Pedro de Atacama.

Para aprovechar mejor la cultura, es recomendable tomar un tour con un guía para que pueda aportarle contenido a su viaje